La democracia es algo que construimos todos los días, algo que debemos seguir consolidando, con memoria, con justicia, con la conquista de derechos. A lo largo de 30 años estuvimos en ese camino, con idas y vueltas, con grandes conquistas, pero también con penosos retrocesos. Repasar cómo fueron estas primeras tres décadas es un aporte a la necesidad cotidiana de pensar hacia dónde vamos y apostar a las próximas tres décadas, con mayor inclusión social, mayor equidad y el compromiso firme de seguir consolidando esta democracia y ampliando nuestros derechos y libertades en una sociedad que pueda superar sus conflictos con justicia y en paz.
Asunción de Raul Alfonsín, 10 de Diciembre de 1983 |
El legado de sangre y saqueo dejado por la dictadura cívico-militar se convirtió en un peso que aún no nos hemos sacado de encima por completo. Pero, en 1983, el pueblo todo se comprometió con el retorno de la democracia y aceptó que sólo dentro de las instituciones constitucionales se podría dejar atrás ese pasado al que los argentinos dijimos NUNCA MÁS.
El levantamiento carapintada de semana santa de1987 marcó un punto de inflexión en el gobierno de Raul Alfonsín. Por una lado, dejó al descubierto las limitaciones del proceso de consolidación democrática. Pero por otro lado mostró a la ciudadanía y a todo el arco político comprometidos con la estabilidad institucional, cosa que no había pasado en otros momentos históricos.
Carlos Menem, Fernando De la Rua, Eduardo Duhalde y Domingo Cavallo |
Durante los últimos dos años de su mandato, Alfonsín se encontró sitiado por los intereses corporativos y el poder económico terminó por ser quien fijaría nuevamente el rumbo, esta vez, en el marco de la normalidad institucional. Los gobiernos de Carlos Menem y de Fernando De la Rua se caracterizaron por el sometimiento absoluto a los intereses del mercado.
Represión del 20 de diciembre de 2001 |
Masacre de Avellaneda, junio de 2002 |
Las políticas neoliberales destruyeron casi por completo el sistema productivo del país y dejaron a la mitad de la población bajo la línea de pobreza y un cuarto de la misma sin empleo. La movilización popular puso a la clase política en jaque y generó la atomización de los partidos políticos que se desintegraban ante la falta de respuestas y la carencia de liderazgos. Las elecciones de abril de 2003 dejaron un país en llamas en manos de un presidente débil y desconocido para la mayoría de la población.
Sin embargo, el presidente Néstor Kirchner supo interpretar el momento delicado en que le tocó gobernar y dar las señales precisas y decididas que la población aguardaba para comenzar a caminar un lento y dispar camino hacia la reconstrucción.
Asunción de Cristina Fernández de Kirchner, 10 de Diciembre de 2007 |
En los últimos 10 años, no sin profundas contradicciones, se retomó una agenda de consolidación de la democracia sobre la base de la recuperación económica, la ampliación de derechos, la recuperación de soberanía, la integración regional y la decisión firme de cerrar las heridas abiertas por la dictadura, no con el olvido, sino através de la memoria, la verdad y la justicia.
Ariel Bernasconi junto al presidente Kirchner |
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